19.8.14


A veces me permito pensar en él mas de lo que debo -mas que nada en las noches de soledad- y caigo en la cuenta de todo lo que me perdí.
Extraño todo de él, su risa -única en su tipo-, sus abrazos que me hacían sentir tan segura, su espontaneidad y su loca manía de querer pelearme todo el tiempo, a esos preciosos ojos celestes que hipnotizaban y que aún lo siguen haciendo. Extraño sus mimos a cada hora, a cada minuto, a cada segundo. (Y sobretodo extraño su cursileria que antes no me gustaba para nada, pero ahora la extraño como nunca).
Y cuando pienso en él, me doy cuenta que la vida era mejor a su lado. Que daría lo que sea por volver a hablarle aunque sea solo un minuto y que tenga esos pequeños detalles como antes.
El problema fue que me di cuenta que estaba perdidamente enamorada de él justo cuando el ya no. Nos quisimos en tiempos diferentes y ese fue nuestro error. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario